Ya hace 13 años que La Pegatina inició su camino que les ha llevado a tocar en muchos festivales como Viña Rock o Cruïlla BCN, en hacer giras nacionales e internacionales, e incluso en tocar en varios conciertos en China. Su historia empezó en las calles de Montcada con Adrià (voz), Rubén (guitarra) y Ovidi (percusión), como los primeros integrantes del grupo. A ellos se le sumó Ferran como bajista, Axel tocando la trompeta, Romain al acordeón y, como necesitaban más marcha en los directos, el último en sumarse fue Sergi, el batería. Este año presentan su quinto disco, Revulsiu, además de su nuevo proyecto, La Gran Pegatina, una ‘big band’ que girará durante cinco meses. Hablamos con Adrià Salas, vocalista de La Pegatina, acerca de su recorrido, sus influencias y los nuevos proyectos.
Entrevista devotion-bcn
Periodista: Yahaira Cruz
Vuestro quinto disco ya está a la venta. En Revulsiu continuáis con vuestras canciones alegres y coloristas. Aunque con un añadido que es la rabia y la protesta que caracteriza esta época que estamos viviendo. ¿Cómo conseguís hacer de la protesta un mensaje esperanzador y alegre en vuestras canciones?
Sí es cierto que en este disco expresamos lo que sentimos en cada momento y en ese momento sentíamos indignación, cuando hicimos algunas de las canciones del disco.
Además, como siempre nuestra forma de componer juega con canciones que provienen del folk, sobre todo del estilo latinoamericano y catalán, que se mezcla y siempre es muy alegre. Por eso aunque hagamos canciones más oscuras a nivel de letra, siempre sale un punto luminoso que hace que al final siempre tengan una visión optimista en las canciones. Pues por ahí la mezcla, pero es algo que sale natural en realidad.
¿Cómo nace el disco Revulsiu?
Revulsiu nace un poco de muchas giras, internacionales sobre todo, que hemos hecho durante los últimos años. Piensa que llevamos 24 países visitados, en los que hemos visto muchas cosas. Y aparte de mezclar esa indignación que decíamos, también hay canciones que hablan de lo que es girar, de cómo cambia la identidad cuando estás fuera, cómo te sientes al ser extranjero en depende que sitios, como percibes tus orígenes y tus raíces cuando estas fuera viviendo. Además es la búsqueda de una chispa, de un revulsivo que busca que haya cambio. Al final la indignación y la rabia a veces no es suficiente y necesita un algo más, una chispa que encienda el fuego. Y entonces el disco intenta buscar esa chispa en diferentes ámbitos, no solo en el político-social, sino también en el personal. En el hecho de que cada vez estamos más separados de la humanidad entre nosotros e intentamos buscar ese algo que nos haga entender que nos estamos equivocando, que nos estamos deshumanizando poco a poco y que en realidad, el proceso tiene que ser al contrario, que en cuanto más tecnología, más humanización tiene que haber.
El single con el que abrís el disco, ‘Heridas de Guerra’, es una canción que canta a las malas experiencias con el estribillo “y lloré tanto que me vacié”. ¿Qué queréis contarnos con esta canción? Que además cuenta con un videoclip muy divertido.
En ‘Heridas de Guerra’ lo que explicamos es la necesidad de la experiencia en la vida, ya sea buena o mala, siempre es útil porque eso es lo que te hace aprender. Y que el objetivo en la vida es aprender y seguir aprendiendo siempre. Son “Heridas de Guerra de una noche perfecta” como saber lo perfecta que es la vida y al final aunque haya golpes o cosas que no te gusten o gente que te encuentres que te haga mal, pues todo eso sirve para que el resultado final sea mejor. Lo malo al final lleva a lo bueno, y cada error es una oportunidad.
Contáis además con muchas colaboraciones en este disco desde Capitán Cobarde hasta Ska-P, pasando por los bosnios Dubioza Kolektiv. ¿Cómo surgieron las colaboraciones en este disco? Que además son todas de estilos distintos.
Las colaboraciones del disco salieron de gira. A Ska-P, por ejemplo, los conocimos en Francia y luego tocamos con ellos en Vistalegre en Madrid. Con Dubioza Kolektiv coincidimos en tres o cuatro festivales por Europa. Turtle Island y Hanggai, que son un grupo de Mongolia y Japón, los conocimos también en China y Japón. En definitiva, siempre es a raíz de gente que conoces por la gira y te apetece que en lugar de fotografías o un ‘selfie’ todos juntos, pues se hagan canciones que puedan transmitir un poco más ese sentimiento común que sentimos en ese momento.
Hasta este disco habéis llevado una proyección independiente, con Revulsiu habéis firmado con un sello grande como Warner. ¿Por qué motivo habéis firmado con Warner? ¿Qué esperáis de esta unión?
En este disco es así, hemos fichado por Warner y la idea es que tenemos una proyección internacional muy, muy fuerte, y necesitamos un equipo aún mayor para abarcar todo esto. Y Warner hace que el equipo sea más grande y que trabajemos todos juntos con mucha más gente en este proyecto. Esa es la idea, hacerlo cada vez más grande y que llegue cada vez más lejos.
Habéis optado desde siempre por difundir vuestra música gratuitamente a través de vuestra web. Y ha sido un éxito, a diferencia de aquellos músicos que aún se aferran al disco físico. ¿Por qué habéis optado por esta manera de difusión? ¿Y por qué Revulsiu no se puede descargar como los otros discos?
Es verdad que siempre hemos regalado nuestra música gratuitamente por Internet. Y la idea siempre ha sido esa, que la gente nos escuche y tengas un acceso libre a la música y cultura en general. Es verdad que últimamente existen muchas plataformas de música a la carta, como es Spotify, Viser, incluso Youtube o por Facebook donde se van subiendo muchos videoclips y música. Entonces ya veíamos que eso de ponerlo gratis en nuestra web para descargar…, ósea el almacenamiento en realidad está caducando. Entonces vimos que teníamos que apoyar la música a la carta, que de igual manera a la gente le sigue saliendo gratis. La gente ya no almacena, lo tiene todo en su móvil y en el momento en que haya wifi en todos lados no habrá necesidad de almacenar. Empezamos a tirar ya por este camino porque veíamos que por ahí iba a ir la cosa o eso intuimos.
En cuanto a vuestros inicios, explicadme ¿cómo era tocar en conciertos por Montcada y alrededores con una guitarra y unos timbales? ¿Qué conserváis ahora de aquellas experiencias?
De esta época salieron canciones muy vivas y conservamos esa frescura al comunicarse con el público. Es algo que se aprende en la calle, donde se ha de sorprender por medio una forma de hacer, que luego nosotros hemos ido aplicando en conciertos, a lo grande, y entonces hace que esa frescura se traslade en el escenario a pesar de que ya hay microfonía, monitores y altavoces por en medio. Pero igualmente seguimos intentando que la gente siempre este atenta y que no se aburra en ningún momento. Y eso es lo que más conservamos de entonces.
¿Cómo empezó la historia de La Pegatina? ¿Cómo habéis llegado hasta donde estáis ahora, siendo una referencia del ‘mestizaje catalán’?
La Pegatina empezó por las calles de Montcada. De hecho, esta todo explicado en un documental que sacamos para los diez años, ósea hace ya tres, que se llama La Pegatina: El Docu. Y ahí está toda nuestra historia. A parte es un documental que ganó premios en Texas, en Canadá, que se estrenó en los cines en toda España…
En cuanto al mestizaje, creo que es más la generación anterior a la nuestra con Amparanoia, Dusminguet, Manu Chao, Macaco…Nosotros venimos después, hemos mezclado más rumba que los antecesores nuestros y tenemos otras influencias. Pero al final sí, creo que hemos llegado muy arriba en ese estilo, por así decirlo, que al final es una mezcla de música latinoamericana, con músicas de aquí y con letras de un poco de todo. Y no sé cómo hemos llegado hasta aquí, pero creo que con trabajo e intentando hacer las cosas diferentes de como se habían hecho hasta ahora.
Siguiendo con el ‘mestizaje catalán’, La Pegatina pertenecéis a una segunda generación de músicos que apuestan por la fusión siguiendo los pasos de Dusminguet o Manu Chao. ¿Hasta qué punto os han influenciado estos grupos y artistas? ¿Qué tiene de especial este estilo?
Esos artistas nos han influenciado mucho, sobre todo yo creo que Dusminguet y Manu Chao también, son dos artistas, dos grupos, que aparte de que los versionábamos cuando empezábamos. Las canciones que más nos gustaban eran las suyas. Y también de Amparanoia diría, y Ojos de Brujo, Macaco, Costo Rico , Jaleo Real y La Kinky Beat. Son algunos de los que son referentes. De hecho, es que salíamos de fiesta a verlos porque nos encantaban y ellos nos enseñaron también sin querer a hacer el directo. También está Che Sudaka, que nos apadrinaron al principio, nos trataron de “mira los niños estos, vamos a echarles un cable para que puedan cumplir su sueño”. Y la verdad eso que son referentes que tanto a nivel musical como a nivel de autogestión y forma de moverse en conciertos. Yo creo que eso es de lo que más hemos aprendido de ellos.
Lleváis cinco discos ya en vuestras espaldas con éxitos como Alosque, Mari Carmen o Lloverá y yo veré, ¿cómo componéis vuestras canciones?
Todas las canciones se componen de diferentes maneras. Normalmente alguien trae con la guitarra, la melodía ya hecha, en voz y la letra en sí, como en acústico una canción. Luego entre todos vamos buscándole el estilo y la forma. En realidad es muy fácil, se va haciendo poco a poco. Y vamos intentando siempre buscar el punto en común en que todos los músicos estemos contentos con lo que hacemos y con el resultado final común.
El despegue de vuestra carrera llegó con Via Mandarina, desde entonces habéis actuado en Europa muchas veces, ¿cómo se os recibe más allá de los Pirineos?
El recibimiento en Europa es increíble. Bueno ahora estamos como yendo a muchos países diferentes y en cada país estamos en una situación distinta. En algunos estamos un poco más altos, por ejemplo en Holanda y Bélgica se nos reconoce mucho más. Y luego, al norte de Italia sí que vamos una vez al año, llenamos salas de 2.000 personas en Bolonia. Y es increíble ¿no? Y a parte que en Italia también hay mucho erasmus, y siempre va bien que el público entienda lo que dicen las letras. Otro ejemplo es Francia, en el oeste nos va muy bien, y en el este estamos aún por insistir y poco a poco. La verdad que el recibimiento es muy diferente, porque hay algunos públicos más sosos, públicos más entregados y públicos más abiertos y otros a los te tienes que ganar más poco a poco. Hay de todo, como en España mismo, que cada ciudad es un mundo diferente. Entonces siempre nos sentimos como muy artistas, te tratan muy profesionalmente y eso a veces aquí se echa en falta.
Siguiendo vuestra faceta internacional, habéis hecho una gira por China, donde habéis tenido miles de asistentes. Explicadme este éxito en un país tan lejano. ¿Cómo surgió la idea de ir a China, cómo os enterasteis de vuestro éxito allí y cómo os recibieron?
En China fuimos a través de Holanda, a raíz de un festival llamado Eurosonic donde había promotores chinos y nos quisieron llevar hacía allí. Luego hemos hecho un par de giras, una en 2011, otra en 2014. Las dos eran diferentes. En la primera íbamos de salas pequeñas de teloneros de Hanggai, que ahora han colaborado en nuestro disco Revulsiu. Y también hicimos un festival para 20.000 personas que es increíble, por como se movían, como bailaban, todo. En 2014 hicimos una gira en centros comerciales, y alguna cosita más así. Porque los centros comerciales es donde se concentra la cultura occidental para ellos. Son muy fans de la cultura occidental, de hecho llevan gafas sin cristales porque así se sienten más occidentales. Íbamos a eso, a centros comerciales, y habían entre 5.000 o 10.000 personas cada día. La verdad es que era increíble ver como sienten la fiesta, de una manera muy diferente, que cambia mucho y es muy divertido. Es muy divertido tocar ahí porque es una cultura totalmente diferente.
Continuando con proyectos que se acercan. ¿A qué se debe La Gran Pegatina y en qué consiste?
La Gran Pegatina es un proyecto que hace años tenemos en mente, y este año por fin lo podremos llevar a cabo. De hecho coincide con varias cosas, una es que teníamos ganas de sacar un disco en directo y que vamos a cumplir el concierto número mil este año, que los músicos que queríamos que estuvieran con nosotros este año tienen disponibilidad para estar. Bueno muchas cosas que coinciden. Tenemos ganas de hacer una cosa diferente, que nunca antes habíamos hecho y que lo habíamos soñado. Una gran banda en el escenario, a parte con video jockey, con gente de Madrid y de Francia. Es algo muy ambicioso que nos lleva muchos dolores de cabeza a nivel de producción porque es muy complicado, pero el resultado va a ser increíble. Y ya estamos trabajando en ello y estamos súper contentos.
Sois cabeza de cartel en el próximo Viña Rock como La Gran Pegatina. ¿Qué tenéis pensado para ese festival? ¿Alguna sorpresa para los asistentes?
En el Viña Rock haremos un concierto de dos horas para presentar el directo de La Gran Pegatina. Y en realidad la sorpresa que podemos dar a los asistentes es eso, ver a La Gran Pegatina porque es algo que va a ser tan diferente a lo que hemos hecho siempre, que bueno hay que verlo. Es más potente que nunca, más elaborado, más musical, más todo. No se necesitan preparar sorpresas, por esa ya es una gran sorpresa.
¿Qué otros proyectos tenéis para este 2016?
A parte de la gira con La Gran Pegatina, a finales de año dedicaremos tres meses a ir por Sudamérica y también gira europea de salas y a presentar el disco que salga de La Gran Pegatina.
Pasando a la escena local de Barcelona. ¿Cómo veis las infraestructuras de los escenarios en la Ciudad Condal?
Bueno en Barcelona ahora se están poniendo un poco las pilas para que puedan haber mucho de los locales que se han ido cerrando con los diferentes gobiernos del Ayuntamiento, que han ido bastante en contra de la cultura para todos. Siempre era por una cultura muy elitista y muy clasista. Estamos volviendo a intentar que salga la música a la calle y que siga habiendo locales para públicos más pequeños, que haya para todos los gustos. Y que no haya tanta obsesión con el civismo y que predomine la identidad de la ciudad, que se ha ido perdiendo con los años. Que haya un poco de todo en realidad, porque hay festivales como el Cruïlla, el Sónar o el Primavera Sound, y luego que pueda haber locales donde la gente pueda ir a ver flamenco y tengan veinte personas de público. Hay que cuidar todo y hay que hacer todo posible.
¿Qué proyecto creen que vale la pena crear a día de hoy en Europa para dinamizar aún más la cultura musical local?
Hablar de Europa es hablar de muchas realidades diferentes. De hecho Barcelona ya no se parece en nada a Tarragona por ejemplo. Es muy difícil generalizar tanto. Yo creo que sí hay que darle a todo un punto local y punto global, es decir que hay que hacer una mezcla de lo local y lo global. Y buscar soluciones locales para problemas globales, eso es lo que hay que hacer. Y a nivel cultural, sí que es verdad que con Internet, red y demás estamos abriendo mucho la mente y poco a poco se irá viendo y materializando en políticas culturales diferentes.
Vosotros sois una prueba viva que se puede vivir de la música, que de un grupo local que empezó en Montcada, tocando en los trenes de cercanías de camino a Barcelona, se consigue hacer una gira por China. Y para ayudar a los grupos emergentes que os tienen de referente, ¿cuál es vuestro secreto?
Simplemente creo que es trabajar, visualizar a dónde quieres llegar e ir trabajando en ello. Ya está. No hay más secreto que eso. El que se propone ir a China, en un momento u otro acabará yendo. Es así de fácil.
Y por último, ¿con quién os hubiese gustado tocar en vivo?
Hay muchos grupos con los que nos gustaría tocar en vivo, y poco a poco ya vamos haciendo. Hemos tocado con Manu Chao, que con él hacía mucho tiempo que queríamos tocar. Nos falta Estopa, que nos encantaría coincidir en escenario a lo grande, porque ya hemos coincidido en cosas más pequeñas. Hay muchos grupos que nos quedan aún por ver y compartir escenario.